La Organización de los Estados Americanos (OEA) reúne a los países del hemisferio occidental para fortalecer la cooperación mutua en torno a los valores de la democracia, defender los intereses comunes y debatir los grandes temas de la región y el mundo. Es el principal foro multilateral de la región para el fortalecimiento de la democracia, la promoción de los derechos humanos y la lucha contra problemas compartidos como la pobreza, el terrorismo, las drogas y la corrupción. Juega un papel central en el cumplimiento de los mandatos establecidos para la región a través del proceso de Cumbres de las Américas.Con cuatro idiomas oficiales —español, francés, inglés y portugués—, la OEA refleja la rica diversidad de pueblos y culturas de todo el hemisferio. La Organización está compuesta por 35 Estados miembros: las naciones independientes de Norte, Sur y Centroamérica y el Caribe. La participación del gobierno de Cuba, un Estado miembro, ha estado suspendida desde 1962, por lo que participan activamente solo 34 países. Naciones de otras regiones del mundo participan en calidad de Observadores Permanentes, lo que les permite seguir de cerca los problemas que afectan al hemisferio.Los países miembros establecen políticas y objetivos por medio de la Asamblea General, que convoca a los ministros de Relaciones Exteriores de las Américas a un período ordinario de sesiones que se celebra todos los años. El Consejo Permanente, conformado por embajadores nombrados por los países miembros, se reúne periódicamente en la sede la OEA en Washington para ofrecer lineamientos sobre políticas y acciones vigentes. La Secretaría General de la OEA pone en práctica los programas y políticas establecidas por los organismos políticos. El Secretario General y el Secretario General Adjunto son elegidos por los Estados miembros y cumplen un mandato de cinco años. El Secretario General José Miguel Insulza, quien asumió su cargo el 26 de mayo de 2005, realizó una reestructuración de la Secretaría General para que se puedan atender de manera más eficaz las prioridades de los países miembros. Bajo esta estructura, cuatro Subsecretarías especializadas coordinan los esfuerzos de la OEA en las siguientes áreas:• Subsecretaría de Asuntos Políticos – Dirige los esfuerzos de la OEA para promover la democracia, fortalecer la gobernabilidad y prevenir las crisis políticas.• Subsecretaría de Seguridad Multidimensional – Coordina las acciones de la OEA en la lucha contra el terrorismo, las drogas ilícitas y otras amenazas a la seguridad pública.• Secretaría Ejecutiva para el Desarrollo Integral – Incluye áreas que promueven el desarrollo social, desarrollo sostenible, comercio y turismo, así como educación, cultura, ciencia y tecnología. Maneja, además, el seguimiento a las reuniones ministeriales sobre numerosos temas.• Subsecretaría de Administración y Finanzas – Provee servicios de apoyo a la Secretaría General, en materia de recursos humanos, información y tecnología, asuntos presupuestarios y otros.• Departamento de Asuntos Jurídicos Internacionales – Promueve la cooperación jurídica entre los países miembros, ofreciendo apoyo en la elaboración e implementación de tratados internacionales.Otros departamentos, oficinas y agencias, como los organismos interamericanos para la protección de los derechos humanos y el Departamento de Cumbres de las Américas, están bajo la administración directa del Secretario General. El Secretario General Adjunto tiene bajo su cargo la supervisión de áreas administrativas y unidades especializadas, entre ellas las secretarías de la Comisión Interamericana de Mujeres, el Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes, la Comisión Interamericana de Puertos y la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones.
La OEA y el compromiso democrático
Se tienen dos niveles de apoyo
a) Apoyo al proceso electoral
b) La gobernabilidad y los valores democráticos
La democracia es la piedra angular de la OEA: condición necesaria para la participación de los países y base para todas sus actividades. La Carta Democrática Interamericana declara de manera simple y directa: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla”.Este histórico documento, adoptado el 11 de septiembre de 2001, define los elementos esenciales de la democracia, indica cómo se puede y se debe promoverla, y establece mecanismos para defenderla ante cualquier amenaza. La Carta Democrática otorga a los gobiernos del hemisferio un marco de acción colectiva para enfrentar los peligros que acechan a la democracia.El Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, destacó la importancia de este instrumento en un discurso que ofreció en noviembre de 2005, en la Cuarta Cumbre de las Américas: “La Carta Democrática Interamericana contiene todos nuestros compromisos para forjar una comunidad de naciones libres, cuyos gobiernos no sólo se generan democráticamente, sino también gobiernan con pleno apego al estado de derecho, garantizando siempre los derechos humanos de todos sus ciudadanos. La Carta no es sólo un acuerdo de gobiernos; es también una victoria de nuestros pueblos y como tal debemos respetarla de manera irrestricta”.Dentro de la estructura nueva de la Secretaría General de la OEA, la Subsecretaría Subsecretaría de Asuntos Políticos maneja el tema de la defensa, fortalecimiento y profundización de la democracia en el hemisferio. Tiene tres áreas de énfasis:• La promoción de la democracia, a través de actividades como la observación de elecciones, el fomento de buenas prácticas de financiamiento de la política, y el apoyo a la reforma de partidos políticos y la modernización legislativa. • La promoción de la gobernabilidad, por medio del impulso de valores democráticos en la sociedad, el fortalecimiento de la descentralización y la modernización estatal, y el mejoramiento de la transparencia y la participación de la sociedad civil.• La prevención de crisis, mediante la identificación temprana de problemas, la toma de acciones para bajar las tensiones, y el apoyo a los Estados miembros en la resolución de disputas bilaterales.En defensa de la democraciaDurante los últimos años, la OEA ha sido llamada a responder ante numerosas crisis políticas en la región, y en muchos casos –a petición de los Estados– ha enviado misiones especiales para apoyar el proceso democrático. Un país en que la OEA ha sido particularmente activa desde el 2005, es Nicaragua. En junio de 2005, en respuesta a las preocupaciones presentadas por el gobierno del Presidente Enrique Bolaños, la Asamblea General de la OEA expresó su preocupación por la evolución de los acontecimientos que comprometían la separación e independencia de los poderes públicos en ese país. La Asamblea General, refiriéndose a la Carta Democrática Interamericana y a la Carta de la OEA, instó a la OEA a enviar una misión que contribuya a un diálogo nacional amplio. Unos días después, el Secretario General encabezó una misión de alto nivel que viajó a Nicaragua para apoyar los esfuerzos en pos de soluciones democráticas. Posteriormente, Insulza nombró al ex Canciller de Argentina Dante Caputo, actual Subsecretario de la OEA para Asunto Políticos, como enviado especial para facilitar el diálogo nacional en Nicaragua. A mediados de octubre, el gobierno y la oposición llegaron a un acuerdo destinado a impulsar dicho diálogo y promover la estabilidad. El siguiente mes, en el marco de la Cumbre de las Américas, los mandatarios del hemisferio reconocieron el papel de la OEA y del Secretario General en garantizar el pleno respeto al régimen democrático en Nicaragua, e instaron a la OEA a continuar dando su respaldo.En marzo del 2006, la OEA observó las elecciones regionales en la Costa Atlántica de aquel país y también presenciará las elecciones generales en noviembre. La Misión Especial de Acompañamiento al Proceso Democrático y Electoral de la República de Nicaragua siguió de cerca la situación política y observó el desarrollo del proceso electoral hasta que se realizaran las elecciones nacionales en noviembre. Durante una sesión del Consejo Permanente en abril, el Jefe de Misión, Gustavo Fernández Saavedra, reiteró la importancia de que la misión mantenga una clara independencia, sin parcializarse ni dejar la impresión de alinearse con ninguno de los actores. “No es competencia de la Organización de los Estados Americanos determinar cómo superar posibles dificultades institucionales dentro de un país, pero sí anotar su preocupación permanente por lograr que todos los conflictos se resuelvan dentro del Estado de Derecho y que cada una de las instituciones esté en condiciones de cumplir su función”, dijo. En el año 2005, bajo instrucciones de los cuerpos políticos de la OEA y en concordancia con la Carta Democrática, la Secretaría General envió misiones especiales a Bolivia y Ecuador, para asistir a los sectores en pugna y ayudar a la superación de las dificultades por las que atravesaban dichos países. Tras la crisis institucional en el Ecuador, la OEA ofreció su apoyo en el proceso de establecer una Corte Suprema de Justicia independiente e imparcial. Insulza designó a dos distinguidos juristas —Sonia Picado, de Costa Rica, y José Antonio Viera Gallo, de Chile— como sus representantes especiales para la veeduría del proceso de selección. Los miembros de la nueva Corte Suprema fueron juramentados en noviembre del 2005. La OEA también tuvo un papel en Bolivia, después de la renuncia del Presidente Carlos Mesa, en junio de 2005. Insulza nombró al Embajador Horacio Serpa de Colombia como su representante especial para facilitar el diálogo político y para encabezar una misión que observaría el proceso electoral. El 18 de diciembre de 2005, el Presidente Evo Morales fue elegido por una mayoría abrumadora, mediante un proceso considerado libre y justo.En situaciones especiales, la OEA desempeña un rol de largo plazo en apoyo a la resolución de asuntos bilaterales, siempre y cuando los dos, o mas, países en litigio, soliciten su participación. En septiembre del 2005, Belice y Guatemalafirmaron en la OEA un acuerdo marco de negociación y medidas de fomento de confianza, con el fin de mantener buenas relaciones bilaterales mientras que busquen una resolución definitiva de su diferendo territorial. La OEA apoya este proceso por medio de su Fondo de Paz. En abril del 2006, se concluyó de manera exitosa otro esfuerzo apoyado por la OEA, cuando El Salvador y Honduras suscribieron un acuerdo de demarcación, resolviendo el tema de su frontera común.
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